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Historia de Chile: Cuarto periodo: El siglo XX: la búsqueda del desarrollo económico y de justicia social (1920 en adelante).

Comienzo De Una Nueva Década.

        

 


Desfile en celebración del aniversario del golpe de Estado, el 11 de septiembre de 1982.


Al poco tiempo del triunfo del plebiscito de 1980 el régimen de Pinochet se vería afectado por el caso Letelier. Se había programado un viaje a las Filipinas, donde estaba al mando el dictador Ferdinand Marcos y su esposa Imelda Marcos. Cuando el avión estaba en medio del Pacífico, Marcos canceló abruptamente la visita, diciendo que no tenía suficientes fuerzas de seguridad. Pinochet tendría un traspié internacional, ya que tuvieron que aterrizar en las islas Fiji, que tenía un gobierno socialista. Imelda Marcos después diría que fue la presión de Jimmy Carter la causa de cancelar el viaje. Debido a esto, Pinochet sacó del cargo al Canciller Cubillos, quien tuvo una gran importancia en la crisis con Argentina, y que logró sacar a Chile del ostracismo internacional en el tema económico.20 También se tendría que retirar del ministerio José Piñera, quien después de despachar la ley minera que introducía ciertas modernizaciones, renunció a su cargo por el temor a que lo despidieran una vez cumplida su labor.

Pinochet los reemplazó a ambos con militares, quedando como único civil “fuerte” en el gobierno (descontando los Chicago Boys), al ministro del interior, Sergio Fernández, que se había convertido en imprescindible, pero que no tenía ninguna ambición política real (lo que lo diferenciaba de Cubillos y Piñera).

Se realiza un nuevo cambio, ya que Pinochet se traslada desde el edificio Diego Portales al Palacio de La Moneda, que fue destruido durante el bombardeo aéreo del golpe de Estado, perdiéndose gran cantidad de obras de arte y documentos históricos. Pero algo nuevo se encontró en los sótanos, y eran los planos originales de la casa de gobierno, que realizó el arquitecto Joaquín Toesca en el siglo XVIII, remodelándose el palacio en base al original.

Pinochet empezaba así la nueva década, afianzando su posición y opacando a los que posiblemente le pudiesen hacer sombra en el futuro. Pero este poder tambaleó nuevamente con la crisis de 1982.


Protesta pacífica contra el Régimen Militar


La crisis económica de 1982

El inicio

La revolución iraní del Ayatolá causó estragos en el precio internacional del petróleo, lo que provocó que los países redujeran su actividad económica produciéndose una recesión. Se elevaron las tasas de interés, y se produjo la insolvencia de varias instituciones, lo que provocó la baja en los precios de las materias primas, especialmente del cobre (la principal exportación chilena).

Con la economía abierta que planteaban los Chicago Boys, los vaivenes de la economía mundial golpearon duramente a Chile. La crisis empezó a manifestarse con la quiebra de grandes empresas. Entre otras razones, los efectos de la recesión mundial se vieron agravados por un tipo de cambio fijo frente al dólar (1:39), que impedía el desarrollo de las exportaciones y favorecía el endeudamiento.

Los bancos y las empresas se empezaron a endeudar durante “el Boom” (llamado en el extranjero el Milagro de Chile) y ahora no tenían como pagar. Los economistas se dividieron sobre las medidas a tomar, Castro decía que se debía seguir con el cambio fijo, mientras que otros preferían devaluar y además cambiar a un tipo de cambio flexible que lo regulase el mercado.

Pinochet se decidió por la devaluación y Castro fue despedido del Ministerio. Los efectos de la devaluación fueron desastrosos, pues la gente se endeudaba en dólares y por tanto su deuda se multiplicaba. Los bancos también se volvieron insolventes, y el gobierno decidió intervenirlos adquiriendo el Estado las deudas privadas. Paralelamente a esto subían los precios y la cesantía sobrepasaba los veinte puntos porcentuales. Se iniciaron las primeras huelgas y protestas masivas contra el Gobierno Militar. Las primeras fueron pacíficas, pero el gobierno envió al Ejército a realizar las labores represivas tradicionalmente confiadas a Carabineros, lo que resultó en una violencia estatal desproporcionada y el uso de armamento contra la población desarmada. Así, las protestas se volvieron cada vez más violentas.

En el año 1982 el PGB bajó un 14% y la inflación se mantenía en un 21%, la cesantía en un 26% y las reservas internacionales disminuyeron en 1.200 millones de dólares.

Las secuelas de la crisis


Testimonio de Carmen Gloria Quintana contra el régimen militar, quemada el 2 de julio de 1986 durante la primera Jornada Nacional de Protesta. Colección del Archivo Nacional de Chile.


Aparece un nuevo problema, las organizaciones subversivas. El golpe militar eliminó a todos los grupos de izquierda que pudiesen crear oposición violenta de verdad. Pero durante los inicios de los años 1980 la oposición cambió de actitud, el Partido Comunista, que se había mantenido respetuoso de las reglas democráticas desde finales de los años 1930, decidió promover la rebelión armada contra el régimen.

Empezó así la llamada “Operación retorno”, que implicaba traer clandestinamente a los exiliados, que se unirían a los grupos subversivos MIR, y el Frente Patriótico Manuel Rodríguez (nueva ala armada del Partido Comunista).

Sus blancos serían uniformados y miembros del régimen militar. Algunos sectores militares reclamaron el regreso de la mano dura y falta de escrúpulos de Contreras, acusando a Mena de permisividad frente a los actos subversivos y de inutilidad para enfrentarlos. Se le reemplazó por Humberto Gordon, el que seguiría con los asesinatos, torturas, extorsiones y demás crímenes que cometió la DINA, pero que a diferencia de los miembros de la organización anterior, no gozarían de ninguna amnistía, y sus delitos serían en el futuro castigados.

Su principal objetivo fue eliminar al MIR, misión que se cumplió a cabalidad. Con la mayoría de sus muertos en simulacros de batalla, el Movimiento de Izquierda Revolucionario quedó herido de muerte. Pero su lugar seria tomado por el FPMR.

Pinochet retrocede sobre sus pasos en política económica y llama a Luis Escobar (economista keynesiano) a la cartera de economía y a Sergio Onofre Jarpa al Ministerio del Interior. La misión de Jarpa sería llegar a un acuerdo con la oposición, organizada ahora en dos agrupaciones: Alianza Democrática (democratacristianos y socialistas moderados) y el Movimiento Democrático Popular (comunistas y socialistas). La misión de Jarpa era difícil y pareciese a primera vista que fracaso, pero logró mayor libertad de prensa y permitió el regreso de miles de exiliados, además de lograr apartar a la Alianza Democrática del Movimiento Democrático Popular (que tenía vínculos con el FPMR).


La recuperación

Concluida la etapa más cruda de la crisis, Pinochet en 1985 reemplazó a Jarpa y a Escobar. Entraría a manejar la economía chilena el ingeniero comercial Hernán Büchi el que, con reformas menos ortodoxas que sus predecesores, lograría revitalizar la economía. Esto es nombrado como el «Segundo Milagro Chileno».

Para la nueva reactivación, el nuevo ministro tomó las siguientes medidas:
• Fuerte reducción del gasto en el sector público, con medidas como rebajar el gasto social y las jubilaciones.
• Política de devaluación del peso en función del dólar muy fuerte, que sobrepasasen la inflación. De esta manera, con el dólar alto, se favorecían las exportaciones y se restringían las importaciones.
• Privatizaciones de empresas que seguían siendo estatales: empresas del acero (CAP), eléctricas (ENERSIS, ENDESA), comunicaciones (ENTEL, CTC), azúcar (IANSA), LAN Chile, Laboratorios Chile y otras.
• Privatización del área de la economía, como lo eran los bancos intervenidos por el gobierno durante la crisis.
• El control de las tasas de interés por el Banco Central y ya no por el mercado.
• Descenso controlado de los aranceles.

El resultado de su gestión fue el retorno al liberalismo económico que implantaron los Chicago Boys, pero de una forma mucho más controlada, sin el dogmatismo que le imprimieron sus antecesores, y un crecimiento económico sorprendente que llevaría a Chile a duplicar su PGB en el lapso de diez años.

El año decisivo

Así proclamó el Partido Comunista el «año decisivo» en 1986, que debiera ser el año del fin del gobierno de Augusto Pinochet. Se inició con llamados a paros nacionales a principios de año, pero fueron un total fracaso, debido a que la oposición democrática ya no creía en los métodos del Movimiento Democrático Popular y ante la represión estatal los manifestantes temían participar.

Se empezó a traer armas desde el extranjero, desde una caleta de la III Región de Atacama, Carrizal Bajo. Se trataba de una cantidad considerable de armamento, aunque en ningún caso adecuada para atacar directamente al gobierno. Una voz de alerta se dio al gobierno, y se invade Carrizal Bajo incautando gran cantidad de armas y apresando a unos veinte frentistas. Parte del armamento ya había sido trasladada, ocultándose en terrenos eriazos o pertenecientes a simpatizantes del FPMR, estando todavía ocultos algunos en la actualidad. Con tales armas se realizaría la llamada Operación Siglo XX.

El 25 de octubre era la fecha clave, ese día Pinochet debía pasar la ruta G-25 para dirigirse a su casa precordillerana de Cajón del Maipo. Cerca de la ruta se había instalado una pareja de “recién casados” en una casa arrendada, que en realidad era ocupada por una treintena de frentistas.

A las 18:45 horas pasó el convoy presidencial, con cinco vehículos escolta. A esa hora se desata el fuego, atacando con fusiles y proyectiles al convoy. Tres de los autos quedaron totalmente destruidos, muriendo cinco escoltas e hiriendo a doce. Pero los otros dos autos, Mercedes blindados, dentro de uno de los cuales estaban Pinochet y su nieto, resistieron al fuego a pesar de que un misil impacto frente a una de las ventanas e hizo estallar uno de los vidrios, hiriendo levemente a Pinochet en la mano. Esa seria su única herida, mientras los atacantes escaparían a toda velocidad clandestinamente a Argentina.

Para los atacantes correría la “ley del talión”, por cinco escoltas muertos, cinco opositores debían morir esa misma noche (pero uno de ellos fue salvado por los vecinos, por lo que las víctimas fueron solo cuatro). Pero la escalada de violencia en que la CNI se involucró continuaría al año siguiente con la llamada operación Albania. En esta operación, tras un simulacro de enfrentamiento, se ejecutaría a doce frentistas.

El año anterior a estos hechos ocurrió también un crimen de importancia, ya que se encontró en un sitio abandonado de Quilicura a los restos de cinco profesores comunistas desaparecidos, entre los que cuentan Manuel Guerrero, José Manuel Parada y Santiago Nattino, éstos pertenecían al Colegio Latinoamericano. Todos fueron encontrados muertos y degollados («Caso Degollados»). El hecho había sido cometido por un cuerpo de inteligencia de Carabineros, el DICOMCAR, lo que le cuesta el puesto de la Junta y de Carabineros a César Mendoza, por su responsabilidad institucional en este crimen. Sería reemplazado por el general Rodolfo Stange.



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