

Historia de Chile: Cuarto periodo: El siglo XX: la búsqueda del desarrollo económico y de justicia social (1920 en adelante).
El Plebiscito.
Entre los opositores tomó cuerpo la Democracia Cristiana, el Partido Socialista (unificado de facto, después de la división de los grupos de Ricardo Núñez y Clodomiro Almeyda) y el Partido Por la Democracia, que originalmente seria solo instrumental, o sea para los opositores izquierdistas al régimen que no se sintieran identificadas con el PS, que después del plebiscito debÃa disolverse, sin embargo permaneció su existencia, debido a éxitos electorales, convirtiéndose rápidamente en uno de los partidos socialdemócratas más importantes del paÃs. A pesar de la inscripción, muchos consideran que realizar el plebiscito seria ridÃculo, pues nunca se habÃa visto que un régimen autoritario renunciara al poder pacÃficamente por elección popular. El primero en decir si, al plebiscito, fue Patricio Aylwin Azócar, ejemplo que siguieron prontamente el socialismo y el PPD. Todo esto ocurre comenzando el año 1988, mientras el régimen ablanda su postura y permite el regreso de muchos exiliados, además de terminar después de casi 15 años, el toque de queda.
El plebiscito queda fijado para el 5 de octubre de ese año, proclamando la junta el 30 de agosto a su candidato, Augusto Pinochet. La oposición se agrupa en la Concertación de Partidos por el No, que agrupa a todos los partidos opositores, excepto los extremistas. A diferencia del plebiscito anterior, ahora si se constataba los registros electorales, pues el tribunal Constitucional ordeno que se crearan los registros, las mesas y los apoderados, a pesar de la negativa del gobierno. Se ordenó también que ambas propuestas tuvieran franjas televisivas gratuitas, a las 23 horas.
El peso de la televisión en la campaña serÃa muy fuerte. La franja del No superaba en todos los aspectos a la del SÃ, en producción, contenido y mensaje. Sergio Fernández, ministro del Interior, admitirÃa: «Los resultados (de su campaña) fueron lamentables. Al cabo de muy pocos dÃas nadie pudo ignorar la evidente superioridad técnica de la franja del No, mejor construcción argumental, mejores filmaciones, mejor música. Su melodÃa caracterÃstica, en torno a la frase "la alegrÃa ya viene", era tan pegajosa, que hasta los creativos responsables de la campaña del Sà la tarareaban inconscientemente».
Pero entre las causas que motivaron a la mayorÃa a votar No, destaca el hecho de decir que ente las causas de su voto prima la mala situación económica (72%, según encuesta del CEP), más que los derechos humanos (57%), esto herencia del 20% de cesantÃa que mantuvo el régimen, y la mal distribución del ingreso, lo que explica porque en medio del auge económico se dieran estos argumentos.
El 5 de octubre
El dÃa 5 de octubre votó el 92,1% de la población mayor de 18 años, el máximo récord histórico en la historia del paÃs. También llegaron a Chile cientos de polÃticos extranjeros veedores, que esperaban comprobar el correcto desarrollo del acto. Después de las primeras votaciones el ambiente empezó a caldearse, los datos entregados por el Ministerio del Interior deban una gran ventaja para el SÃ, mientras que en el comando del No, se entregaban cifras muy diferentes. El tercer cómputo, que debÃa ser definitorio y estaba programado para las 22 horas se retrasaba. Muchos tenÃan el temor de que se fuera a dar un golpe de estado antes de la entrega de los resultados.
Canal 13 habÃa programado un debate entre Aylwin y Jarpa para las 22 horas, inmediatamente después del resultado para analizar los resultados. Por la demora se retrasó hasta las doce de la noche. Aylwin iba a entregar los resultados del comando del No que le daban la victoria, por lo que Jarpa, sin ningún dato, se contactó con el subsecretario Alberto Cardemil, para solicitar datos. La respuesta del subsecretario fue que de momento iba ganando el No, pero aún faltaba contar los votos de las mujeres de Santiago. Jarpa vio que aún con un apoyo favorable de este último grupo el resultado no cambiarÃa y admitió en el programa de televisión el triunfo del No.
La prensa se agolpó frente al Palacio de La Moneda para conocer la versión del gobierno a estos datos, cuando llegaba el miembro de la junta Fernando Matthei, quien luego de ser preguntado, declaró que para el «la cosa estaba clara» (era definitivo), era un triunfo del No (su hija Evelyn Matthei le habÃa entregado los resultados). Las palabras de Matthei dieron inmediatamente la vuelta al mundo.
Fernández reconoció la derrota, y dijo que el alto porcentaje obtenido era de cualquier forma motivo de orgullo, a lo que el general de la Fuerza Aérea respondió con un irónico «¿Y por qué no traemos champaña para celebrarlo?». Matthei, en el libro-entrevista «Matthei, Mi testimonio», expresaba que Pinochet no querÃa abandonar el poder pasándole a los miembros de la junta un documento en que “le entregábamos todas nuestras atribuciones al general Pinochet, quien podrÃa actuar sin consultar a las respectivas instituciones”. Dice además que el rompió con sus propias manos el acta, “Después de eso, y sin insistir en el acta, el Presidente nos informó que se irÃa a descansar por unos dÃas fuera de Santiago y se dio por terminada la reunión”.
Sergio Fernández, en “Mi Lucha por la Democracia”, no habla de ninguno de estos hechos, y los negó categóricamente cuando fue interrogado. Pero las versiones no son excluyentes, pues Fernández no estaba cuando se suponÃa se pasó el acta.
El dÃa siguiente
Al amanecer del 6 de octubre no quedaban dudas, y se cumplirá la ruta marcada por la Constitución de 1980, y Pinochet llamarÃa a elecciones democráticas el año siguiente.
Mientras, se discuten reformas a la constitución. El motivo para el gobierno, es muy difÃcil de modificar por el alto quórum que tiene para los capÃtulos más vitales, pero no para el capÃtulo de reforma a la constitución, lo que podrÃa servir como “válvula de escape”, para que el nuevo gobierno modifique a su gusto la carta. La oposición victoriosa aceptó de buena gana las reformas, pues en ella además se derogaba el artÃculo 8, que impedÃa la legalización del comunismo, se empatan civiles y militares en el concejo de seguridad, se disminuyen de ocho a seis años el perÃodo presidencial, entre otras cosas. Entre los que no querÃan la reforma estaba Fernández, el cual es despedido del Ministerio del Interior, siendo reemplazado por Carlos Cáceres, que lograse entendimiento con la oposición, resultando las reforma aprobadas en el plebiscito de 30 de julio de 1989 con un 91,25% de los votos.
Ese mismo año corrÃa la elección presidencial, en la cual la Concertación de Partidos por la Democracia (antes Concertación de Partidos por el No) postula a Patricio Aylwin. La derecha y gran parte del gobierno se unen con Hernán Büchi, en una campaña que parecÃa desarticulada, debido a la sorpresiva bajada del candidato y luego subida. Según se sabe Pinochet no apoyó a Buchi, ya que, algunas fuentes señalan que se sintió con su ministro por haber tomado una carrera polÃtica, ya que lo consideraba su hombre de confianza, como a Fernández, sin ambiciones polÃticas (lo que explica por qué nunca le tuvo gran confianza a Jaime Guzman, que se tenÃa propuesto metas muy altas).
Aylwin resulta electo presidente, con el 55,2% de los votos.