
Historia de Chile: BiografÃas.
Germán Riesco Errázuriz: 1854-1916
Impulsor de las reformas legislativas

Nació en Rancagua el 28 de mayo de 1854. Fue hijo de Mauricio Riesco, quien provenÃa de una familia de comerciantes españoles, y Carlota Errázuriz Zañartu, hermana del Presidente Federico Errázuriz Zañartu.
Estudió en el Seminario Conciliar y en la Universidad de Chile. A los 17 años -cuatro antes de recibir su tÃtulo de abogado- obtuvo su primer empleo público como oficial del Ministerio de Justicia e Instrucción Pública, para contribuir a la subsistencia de una familia de buenos apellidos y escasos recursos.
Se tituló de abogado el 19 de abril de 1875, ascendiendo a oficial mayor en el ministerio en 1880. Fue relator de la Corte de Apelaciones de Santiago en 1891 y fiscal de la Corte Suprema en 1897.
JubilarÃa en 1898, y se dedicarÃa a su bufete de abogado. Por lo tanto, su carrera estuvo estrictamente ligada con el Poder Judicial.
En 1880 se casó con su prima MarÃa Errázuriz Echaurren, fue cuñado del segundo Presidente de la familia Errázuriz, Federico Errázuriz Echaurren.
Su hijo, Germán Riesco Errázuriz, lo describió asÃ: "Muy blanco de tez, de cortos cabellos rubios, barba y bigote a la moda española, largas y pobladas cejas bajo las cuales brillaban penetrantes o sonreÃan maliciosamente sus claros ojos azules, que entrecerraba un tanto para vencer su ligera miopÃa".
Su candidatura a la presidencia
Germán Riesco fue electo senador por Talca en el perÃodo de 1900 a 1903. En 1901, en la proximidad de las elecciones presidenciales, surgió como posible candidato y, efectivamente, en la Convención de la Alianza liberal, el 8 de marzo, fue proclamado como tal.
Su candidatura enfrentó una dura reacción por parte del periódico clerical conservador El Porvenir, donde el ataque más importante residÃa en que Riesco era "un atentado contra la religión", queriendo con ello atemorizar al electorado y especialmente a algunos conservadores que lo respaldaban.
El fanatismo de la curia llegó a lÃmites inconcebibles para la época, expresándose, por ejemplo, en que cierta vez que Riesco fue a confesarse con su párroco, este le negó la absolución por el solo pecado de ser candidato de la Alianza.
A pesar de la campaña tan despiadada, Riesco triunfó por una abrumadora mayorÃa; asumió el mando de la nación el 18 de septiembre de 1901.
"Yo no soy una amenaza para nadie"
Su nombre y reputación, más que a lo polÃtico, estaban ligados a lo jurÃdico, a las finanzas y al ejercicio del derecho, ocupaciones en que mostraba su gran probidad.
Para llevarlo a la presidencia "fue necesario arrancarlo de los tribunales contra sus propios deseos". Llegó al gobierno bajo la consigna de: "Yo no soy una amenaza para nadie". Y no lo fue efectivamente, menos aun para sus adversarios polÃticos.
No obstante haber sido elegido por radicales, demócratas, balmacedistas y liberales, era de tendencia conservadora.
Con los liberales y con los conservadores
Al igual que los anteriores, el gobierno de Riesco sufrió las rotativas ministeriales, sin embargo, bajo su mandato el sistema parlamentario llegó a su clÃmax: cambió 17 veces su gabinete.
Riesco se vio sometido a los vaivenes impuestos por las prácticas parlamentarias. Aunque fue elegido con el apoyo de la Alianza Liberal, luego tuvo que buscar el de la Coalición Conservadora -donde estaban los que habÃan sido sus oponentes- posteriormente, debió recurrir a unos y otros en forma alternada.
Como careció del apoyo de una mayorÃa en el Congreso, debió valerse de gabinetes administrativos universales, carentes de eficacia y permanencia.
Preocupado por la justicia, los servicios y la educación
Como hombre de derecho, su principal preocupación la constituyeron las reformas legales, que se concretaron en la promulgación del Código de Procedimiento Civil en 1902 y luego en la del Código de Procedimiento Penal en 1906, al finalizar su mandato.
Entre 1905 y 1911 se construyó el edificio para los Tribunales de Justicia, que albergarÃa a la Corte Suprema.
Por otra parte, continuó con los trabajos del alcantarillado santiaguino, inaugurándolos bajo su gobierno. Además, se extendió la red de tranvÃas eléctricos.
Importante fue también el impulso que dio a la educación, en especial con la creación de establecimientos para la enseñanza secundaria -dos tercios de ellos para mujeres-, y la duplicación de escuelas normales, para la formación de profesores.
La conversión metálica
En materia de hacienda, otra vez debió postergarse la conversión metálica, y nuevamente se ordenó la emisión de billetes fiscales de curso forzoso. Esto originó nuevos descensos en la paridad cambiarÃa, al aumentar el circulante, lo que generó inflación y aumento de precios.
Se desató una ola de especulaciones que perturbó la vida económica del paÃs, y creó además una carestÃa que originó graves tensiones sociales.
La cuestión social se agudiza
Durante la administración de Riesco, la llamada cuestión social adquirió caracterÃsticas crÃticas. Entre 1903 y 1905 se produjo un importante número de huelgas de diferentes sectores: mineros, estibadores y ferrocarriles, en el Norte; pintores, curtidores, personal de Correos, policÃa, de aseo y tranvÃas, en Santiago; mineros de La Calera, Lebu, Lota y Coronel, y estibadores de ValparaÃso; con sangrientos resultados la mayorÃa de ellas.
Los intereses de la clase obrera no figuraban mayormente entre las preocupaciones de los polÃticos chilenos. Fue asà como el abismo histórico en la estructura social chilena se habÃa acentuado en vez de atenuarse con la bonanza del salitre, el aumento de las exportaciones, la expansión urbana del Norte y el desarrollo de la minerÃa del carbón.
La "huelga de la carne"
El 22 de octubre de 1905, Santiago fue remecido por una protesta generalizada: la llamada "huelga de la carne".
Esta se inició a partir de una manifestación para pedir la rebaja del precio de la carne, el que era alto debido al impuesto que gravaba la internación de ganado argentino. Esto hacÃa imposible el consumo de carne para los más pobres.
Los manifestantes llegaron en pacÃfico desfile hasta La Moneda, y solicitaron audiencia con el Presidente Riesco.
Sin embargo, a medida que la marcha avanzaba, habÃa aumentado el número de manifestantes, juntándose -según la prensa de la época- alrededor de 25 a 30 mil personas frente a La Moneda.
Los ánimos comenzaron a impacientarse hasta que se llegó a un enfrentamiento, que la fuerza pública trató de contener a balazos. La violencia se prolongó casi una semana, que ha sido llamada la "semana roja". La información respecto del número de muertos dio cuenta de entre 200 a 250 muertos. La huelga de la carne puso de manifiesto que la cuestión social era un asunto mucho más serio de lo que la retórica parlamentaria denunciaba.
El paro general en Antofagasta
Meses después (el 6 de febrero de 1906), Antofagasta vivió una situación similar, lo que reflejaba el creciente malestar de los trabajadores. Los obreros que realizaban los trabajos en el ferrocarril de Antofagasta a Bolivia, presentaron un pliego de peticiones que fue rechazado por la compañÃa.
Se produjo un paro general y se convocó a una reunión en la plaza, el 6 de febrero, a la cual acudieron aproximadamente 3 mil obreros.
La experiencia de la "huelga de la carne", alertó a las autoridades, las que ordenaron el acuartelamiento del regimiento Esmeralda y la presencia en el puerto del crucero Blanco Encalada.
Se produjo un nuevo y sangriento enfrentamiento. Se habló en la Cámara de Diputados de 58 muertos y más de trescientos heridos.
Los Pactos de Mayo
A fines de 1901 pareció inminente una guerra entre Chile y la República de Argentina debido a disputas fronterizas. Se desató una verdadera carrera armamentista en el plano naval y ambos paÃses movilizaron sus tropas de reserva.
Pero se impuso la cordura y se celebraron los Pactos de Mayo -28 de mayo 1902- y se acató un laudo arbitral sobre territorios de la Patagonia, el 20 de noviembre.
Se firmó también un convenio sobre unión de las lÃneas telegráficas de ambos paÃses, sobre tarifas a cargarse recÃprocamente en los Telégrafos del Estado de ambas naciones y la gratuidad de los despachos oficiales de los dos gobiernos.
Bolivia y Perú
Con Bolivia se firmó el Tratado de Paz y Amistad el 20 de octubre de 1904. Aparentemente, en ese momento solo quedaba pendiente la cuestión de Tacna y Arica con Perú.
En 1906 se establecieron las relaciones diplomáticas con Perú. En ese tiempo hubo un intento de ocupación de la Antártica chilena, por lo que se ejercieron acciones de dominio en el Territorio Antártico entre 1902 y 1906, para reglamentar después la pesca de la foca en esa austral zona.
El terremoto de ValparaÃso
El terremoto de ValparaÃso habÃa sido anunciado con diez dÃas de antelación por el jefe de la Oficina Meteorológica de la Armada.
El dÃa 16 de agosto (1906) amaneció despejado, pero en la tarde comenzó una llovizna. Poco antes de la de la noche, cuando la mayorÃa de los porteños estaban comiendo, se produjo el primer sacudimiento de la tierra, que duro -según testimonios de la época- cuatro minutos; otros hablan de cuatro credos.
Al primer sacudimiento siguieron quince minutos de gritos y de búsqueda de sobrevivientes, hasta producirse el segundo, más breve -se habló de un minuto-, pero mucho más fuerte, que completó la destrucción de barrios enteros. La ciudad quedó totalmente aislada, a merced de salteadores, muchos de los cuales fueron fusilados in situ.
Con la interrupción total de las comunicaciones, solo se tuvo noticias de la catástrofe de ValparaÃso en la tarde del dÃa 17, por un telegrama de Quillota. Tres dÃas después llegaron al puerto los ministros del Interior y de Guerra, y el 25 de agosto, el Presidente Riesco y el Mandatario electo, Pedro Montt. Viajaron en tren, a pie y a caballo.
Juicio histórico
Sus contemporáneos y los posteriores juicios históricos sobre Riesco han sido severos con él.
De acuerdo a estas opiniones, se señala el deterioro de la situación económica, el recrudecimiento de la inmoralidad administrativa y la profundización de la crisis social.
No obstante, en lo que todos coinciden es en el buen manejo que hizo el Mandatario de las relaciones exteriores -cuya situación era muy difÃcil- y los éxitos que representaron las Pactos de Mayo con la República Argentina.
Otro atributo rara vez mencionado, atañe a la precaria situación económica personal que tenÃa al cesar sus funciones, no adquiriendo fortuna en su paso por el poder.
Germán Riesco falleció a los 62 años, el 8 de diciembre de 1916, de una afección cardÃaca.
Fuente: Cristián Guerrero Lira, Fernando RamÃrez Morales e Isabel Torres Dujisin.

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