
Historia de Chile: La Colonia.
Guerra de Arauco

Las ideas expuestas por el padre dominico Bartolomé de las Casas (1510), que no justificaba las guerras que se hacÃan para evangelizar a los indÃgenas y proponÃa la supresión de las encomiendas (ver glosario) y la libertad a los indios, contaron con el apoyo de muchos teólogos y juristas. Todos ellos coincidÃan en propugnar la guerra defensiva, que en esencia consistÃa en eliminar todo intento de conquista violenta y dejar que los evangelizadores redujeran a los indÃgenas mediante sus misiones.
En esta empresa estaba el padre jesuita Luis de Valdivia, quien habÃa celebrado con los indios el parlamento de Paicavà (1612) y los veÃa dispuestos a la paz. Sin embargo, la primera entrada de tres misioneros terminó en tragedia, ya que fueron asesinados por los indÃgenas.
A pesar de los esfuerzos del padre Valdivia y los del gobernador Alonso de Ribera, la guerra defensiva resultó ser un fracaso. AsÃ, este sistema de guerra existió legalmente hasta 1626, cuando el rey Felipe IV autorizó volver a la guerra ofensiva, y por la falta de trabajadores en las haciendas declaró vigente la Real Cédula de 1608, que hacÃa esclavos a los rebeldes.
De este modo, el ejército profesional reorganizó la defensa de los fuertes y volvió a realizar malocas, con la finalidad de provocar a los indÃgenas y asà poder esclavizarlos, ya que según la Real Cédula esta pena se disponÃa para aquellos que eran sorprendidos con armas. Los indios, a su vez, respondÃan con malones, en los que atacaban las estancias vecinas a la frontera, robando ganado y raptando niños y mujeres.
El desgaste mutuo, la larga data del conflicto –casi medio siglo–, la destrucción ocasionada por la guerra, a la que se sumaron la erupción del volcán Villarrica y los sismos que asolaron la región, y la siempre presente idea de evangelizar a los indÃgenas, fueron propiciando nuevas formas de entendimiento ocasional.
Una innovación de la guerra en este perÃodo fue el establecimiento de parlamentos, es decir, verdaderas conferencias o reuniones generales que celebraron los españoles con los diferentes jefes indÃgenas que representaban a los butalmapu (ver glosario), en un lugar señalado de antemano con el fin de establecer una polÃtica de paz.
En 1639 asume Francisco López de Zúñiga, Marqués de Baides, partidario de buscar el entendimiento, y bajo su gobierno, en 1641, se produjo el parlamento de QuilÃn. En esta reunión hubo banquetes, intercambios de regalos, discursos y promesas de paz por ambos lados. Los españoles reconocieron la libertad de los indÃgenas en sus tierras y estos permitieron el ingreso a la AraucanÃa de misioneros. Sin embargo, estos ofrecimientos incluÃan solo al grupo familiar, por lo que los que no estuvieron presentes en la reunión continuaban con los malones, en forma aislada, a lo que los españoles respondieron con nuevos ataques, convirtiendo la frontera del BiobÃo en escenario de un continuo conflicto.
Los parlamentos siguieron celebrándose cada vez que asumÃa un nuevo gobernador, pero ninguno dio frutos. El último de la época colonial fue convocado por Ambrosio OÂ’Higgins, en Negrete (1793).
Estos parlamentos, más la labor de los misioneros y la influencia de los comerciantes, fueron configurando un especial modo de vida fronteriza. En la práctica, el lÃmite se constituyó en una zona de intercambio que favorecÃa tanto a los españoles como a los indÃgenas. Estos últimos adquirÃan artÃculos de hierro, géneros, caballos, vino y aguardiente. Por su parte, los españoles requerÃan ponchos, alimentos y ganado.
La relativa paz y la voluntad mapuche permitieron crear algunos asentamientos al sur del BiobÃo: Lota, Arauco, Nacimiento, Negrete, Angol, PaicavÃ, Purén, Repocura y Boroa. Estos aseguraban la comunicación terrestre entre Concepción y Valdivia, que desde 1646 contó con fortificaciones que impedÃan el desembarco de piratas y corsarios.
Glosario
Encomiendas: institución que autorizaba a los españoles para usar a los indÃgenas como mano de obras (en minas, trabajos agrÃcolas, etc.).
Butalmapu: división indÃgena regional, existente en el siglo XVII, que reunÃa a los aillaregues de la costa, centro y precordillera.
Araucanos: población indÃgena de la región de Arauco (rag-co, agua gredosa), al sur de Concepción.
Mapuche: denominación usada, solo en el siglo XVIII, para los indÃgenas situados al sur del BiobÃo. Significa “hombre de la tierra”.
Fuente: Icarito Diario La Tercera.

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