Lecturas: 9352
Fecha: 20/08/2013
La locura por Candy Crush y otros juegos

Publicado en El Mercurio el domingo 16 de junio.
“Sugar Crush”, “Elimina toda la gelatina” o “Delicious” son frases que solo les hacen sentido a quienes juegan Candy Crush, el actual rey de los juegos sociales, esos a los que se accede conectándose a Facebook o bien descargando la aplicación en un teléfono inteligente o tableta.
“Saltar a la próxima etapa depende de la ayuda que te den tus amigos de Facebook si no quieres pagar. Yo pedía harta ayuda, pero algunos terminaron bloqueándome. Igual me di cuenta que muchos estaban en la misma, es como toda una moda”, dice María Paz Espina (26), una de los millones de fanáticos que tiene el juego.
Reconoce que empezó con Farmville -que consistía en crear y administrar una granja-, y desde ese entonces ha saltado de juego en juego casi sin notarlo.
“Son simples, entretenidos, no requieren de mucha ciencia. Todos juegan, incluso se ha vuelto un tema de conversación en los carretes. La otra vez alguien dijo que estaba en el nivel 300 y algo”, cuenta María Paz.
“A veces juego cuando estoy con mis amigos. El otro día estaba con una amiga viendo tele y cada una estaba con su teléfono jugando”, añade la educadora de párvulos.
¿Pueden ser adictivos?
Cecilia Marín (52) conoció este tipo de juegos cuando una bronquitis obstructiva la obligó a quedarse en cama. “No podía hacer nada y mi hija me enseñó a jugar”.
Cecilia reconoce que en ese período llegaba a jugar hasta tres horas diarias. “Cuando se me acaban las vidas y no hay nadie conectado para pedirle ayuda, me paso a otro juego. Pero mi hija me cuenta que hay quienes se crean perfiles falsos en Facebook solo para ayudarse a sí mismos”. Sus favoritos son Candy Crush, Pet Rescue y Criminal Case.
“Es como un desafío, yo me entretengo. El otro día mi marido, que está en cama, me pidió como tres veces que le llevara la comida, y yo no lo hacía porque estaba pegada tratando de pasar de nivel”, cuenta entre risas.
El fácil acceso a estos juegos ha hecho que incluso en las situaciones más increíbles la gente recurra a ellos, como en la oficina, mientras comen, antes de dormir o en reuniones sociales.
“La accesibilidad tiene un factor incidente. El hecho de que los juegos estén en los teléfonos inteligentes aumenta la probabilidad de desarrollar una adicción”, explica el psicólogo Max Möller, magíster en adicciones de la U. Complutense de Madrid.
Según el terapeuta, hay personas que han experimentado un nivel de uso que llega a ser problemático y comenta que no se trata solo de la atracción del juego, sino el que estén vinculados a las redes sociales, lo que más llama la atención.
“Dependiendo de la forma en que se utilicen, estos juegos pueden ser adictivos debido al efecto reforzador y placentero que tienen”, explica por su parte Vanessa Cantillano, psiquiatra de la Clínica Alemana.
Quienes estarían en mayor riesgo, advierte la especialista, son aquellas personas que juegan para evadir sus problemas o para resolver dificultades de socialización.
Y mientras Cantillano recomienda jugar no más de una hora al día y que esta actividad no se vuelva una rutina, Möller dice que la adicción no tiene que ver con el tiempo de uso. “Cuando se presentan problemas para responder a las responsabilidades que uno tiene, ahí es preocupante. Por ejemplo, hemos visto que jóvenes dejan de estudiar, se quedan jugando hasta tarde y terminan fracasando en la universidad. Ahí está el problema”.
FUENTE: QUEVEO.CL
